Rope Flow: la nueva disciplina que combina fuerzas física y mental.
«Cometer errores quiere decir que estás aprendiendo algo», dice Christian Valverde Leyva, representante en México del rope flow, una nueva disciplina que se define por el entrenamiento con cuerdas. A sus 38 años es entrenador físico, boxeador y dueño del gimnasio “Quilombo”, en Sayulita. Tiene dos hijos, una compañera, muchos sueños cumplidos y otros por cumplir.
«Todo comenzó durante la pandemia que tuve que cerrar mi gimnasio, tenía mucho tiempo libre, entonces agarre mi cuerda y empecé a ver videos en línea de un chavo de Argentina y de otras partes del mundo, y luego tomé clases online con, Pablo Lagas, que es mi profesor e inicie mi camino en el este universo llamado rope flow».
Christian busca ser el mejor del mundo en esta disciplina por su personalidad «un poco adictiva». Ha entrenado a más de 200 personas de diferentes partes del mundo para difundir sus beneficios cognitivos y atléticos que ponen el eje en el cuerpo físico y mental a través de la coordinación de la cuerda con movimientos corporales logrando una programación neuro motora.
Esta actividad tiene muchos beneficios y no tiene límites: consiste en generar neuroplasticidad en el cerebro (habilidad de las neuronas al momento en el que establecen comunicación) y modula la percepción de los estímulos que entran y salen. Esta dinámica deja una huella al tiempo que modifica la eficacia de la transferencia de la información.
En otras palabras Christian cuenta que el primer paso para generar neuroplasticidad es por medio de las experiencias y lograr esto implica cometer errores para poder aprender: «Cuando cometes muchos errores tu cerebro ya está listo para aprender cosas más complicadas, si no conectas con tu cerebro los movimientos nunca los puedes descifrar». En relación a este aspecto, el referente de la disciplina profundiza: «Si no te enfocas por completo no te van a salir los patrones de movimiento».
El representante de México propone ver al mundo del rope flow de una manera distinta sin importar la capacidad física de quienes quieran practicarlo: «Todos podemos llevar a cabo el trabajo con la cuerda, es una muy bonita manera de conectar tu cuerpo con tu mente, es meditación en movimiento, el mismo movimiento de tu ciclo de marcha».
Además, recuerda que una de las cosas que más le llamó la atención durante su iniciación era que los entrenamientos se acompañaban de un metrónomo, instrumento que mide el tiempo de una composición musical y marca de modo exacto el compás: «Tenías que poder manejar los patrones a cierta velocidad y me parece otra magnífica manera de aprender las cosas».
Este ejercicio de movilidad cuya gracia es «entrar en un estado de flow con la cuerda y consiste en fluir con ella como si bailaras, jugando, trayendo a tu vida un trabajo de agilidad, conciencia corporal, coordinación, movilidad, entre otros beneficios». Para esto crean patrones de movimiento que se centran en movimientos de rotación del cuerpo mediante el uso de los hombros, caderas, pelvis y piernas para desarrollar la integración muscular.
Hoy en día está disciplina se ha multiplicado y cada persona le ha puesto su energía, su ritmo, su flow con el objetivo de poner en marcha un nuevo movimiento mundial llamado rope flow.